José Ibarra condenado a cadena perpetua por el asesinato de la joven cristiana Laken Riley
La madre de Laken Riley, una estudiante de enfermería de Georgia asesinada por un inmigrante ilegal a principios de este año, lloró mientras suplicaba al juez que condenara al asesino a cadena perpetua, pidiendo que no recibiera clemencia pues él no la tuvo con su hija ni con la familia que destruyó.
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]
José Antonio Ibarra, de 26 años, fue declarado culpable de todos los cargos y condenado a cadena perpetua sin libertad condicional por el asesinato de Riley este miércoles.
El veredicto del juez del Tribunal Superior del condado de Athens-Clarke, H. Patrick Haggard, marcó la conclusión de un juicio sin jurado que comenzó la semana pasada.
Haggard condenó a Ibarra a las penas máximas posibles por múltiples cargos, entre ellos secuestro, agresión con agravantes con intención de violación, obstrucción de una llamada al 911, manipulación de pruebas y un cargo de espiar. El juez ordenó que el acusado cumpliera cada condena de forma consecutiva, según la CNN, condenando a Ibarra a dos cadenas perpetuas y 27 años de prisión.
En una declaración de la víctima leída ante el tribunal el miércoles, Allyson Phillips calificó a su hija de “hija de Dios” que demostraba su amor por el Señor a través del trabajo misionero y el cuidado de ancianos.
La madre declaró que el dolor que ella y su familia han soportado desde el 22 de febrero, día del asesinato de su hija, no ha tenido fin.
Riley, estudiante de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Augusta, nunca regresó a casa después de salir esa mañana a correr por el campus de la Universidad de Georgia. Los fiscales argumentaron que Ibarra, que entró ilegalmente en el país en 2022, mató a la joven golpeándole el cráneo y asfixiándola tras intentar agredirla sexualmente.
“En ese horrible día, mi preciosa hija fue atacada”, declaró la madre de Riley. “Golpeada y sin piedad. Luchó por su vida y su dignidad y para salvarse de ser brutalmente violada”.
“Este cobarde enfermo, retorcido y malvado no mostró ninguna consideración por Laken ni por la vida humana”, dijo refiriéndose a Ibarra. “Pedimos que se haga lo mismo con él”.
Phillips instó al juez a condenar a Ibarra a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, afirmando que esta es la sentencia que Ibarra infligió a ella y al resto de la familia el 22 de febrero. La afligida madre lloró al señalar que el acusado había robado a la familia sus “esperanzas y sueños para Laken”, como ver cómo se graduaba en la escuela de enfermería o se convertía en madre.
“Les pido por favor que le den a José Ibarra lo mismo que nos dio a nosotros cuando tomó la decisión de quitarle la vida a Laken y destruir la nuestra”, gritó Phillips. “No tuvo piedad de Laken cuando suplicaba por su vida”.
“Les pido por favor que condenen a este monstruo a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional para que nunca más tenga la oportunidad de hacer daño a nadie”, añadió.
Los abogados de Ibarra argumentaron que las pruebas de la fiscalía - restos de ADN de Riley bajo las uñas del acusado y la huella de su pulgar en su teléfono - eran circunstanciales, informó CBS News. La defensa alegó que el hermano del acusado, Diego Ibarra, que trabajaba en el comedor de la Universidad de Georgia, podría haber cometido el crimen.
Durante el juicio, los fiscales destacaron otras pruebas, como el reloj inteligente y el iPhone de Riley. La ubicación en el teléfono de Riley la sitúa en la escena del crimen, mientras que el reloj inteligente rastreó su ritmo cardíaco lento. Las torres de telefonía móvil también captaron el teléfono de Ibarra cerca de la zona donde Riley fue asesinada.
John Phillips, padrastro de Riley, habló antes de la sentencia de Ibarra el miércoles, refiriéndose a Riley como un “faro brillante de luz en la vida de todos los que la conocían”. El padrastro leyó uno de los últimos escritos del diario de Riley, en la que la joven escribía una carta a su futuro marido.
““Oro para que sepas que es con mi plena fe y confianza en Dios que sé que esta relación ha sido hecha a mano por Él'”, leyó Phillips. "'Oro para que sigamos glorificando al Señor, dándole prioridad en todos los aspectos de nuestras vidas y criando a nuestra futura familia para que también sean cristianos temerosos de Dios'".
El padrastro de Riley ofreció el escrito del diario como ejemplo del tipo de mujer que era. Se comprometió a mantener viva la esperanza que ella dio a sus seres queridos. Phillips prometió que los seres queridos de Riley mantendrían esa esperanza “en su nombre”, y pidió al juez que evitara otra tragedia como ésta condenando a Ibarra a cadena perpetua.